Juntas. La mexicana Lila Downs, la argentina Soledad Pastorutti y la española Niña Pastori presentan una fusión de ritmos folclóricos.
“Busco de dónde vengo que me perdí, busco de dónde vengo que aquí está mi raíz”, cantan la mexicana Lila Downs, la argentina Soledad Pastorutti y la española Niña Pastori al inicio del disco Raíz, proyecto musical con una fusión de ritmos folclóricos y tres nacionalidades que plasman un cancionero cultural y tradicional.
CANTOS MÁGICOS. El álbum aterriza su objetivo en las historias y los cantos de la comunidad indígena, la española y la mestiza: “Seleccioné mis canciones por intuición, primero aquellas con las que me identificaba musicalmente, después cuando escuché el disco completo entendí los mensajes y tomé los más importantes pero cambian con el tiempo”, contó Lila Downs en entrevista con Crónica.
“Es muy especial el sentido de interpretar con autenticidad, es el folclor, tienes que ponerle garra porque tiene que ver con lo que es en la vida, con lo que tú eres, es algo muy profundo que habla de tradiciones milenarias dentro de la música. Con los temas vives un viaje de emociones”, enfatizó la cantante oaxaqueña.
“La música es terapia, magia, puedes estar deprimido, escuchar una canción y revivir con ella; la música ofrece una manera de sacar el miedo o tal vez no sé, porque las metáforas son tan grandes que tal vez lloras por otra cosa que no es tristeza; esa es la belleza del canto”, se refirió para expresar lo que puede suceder con una persona cuando escuche Raíz.
Sentada al lado de Lila, la argentina Soledad Pastorutti afirmó que los retos en la manera de cantar y en las letras estuvieron presentes: “el desafío era transformar las canciones a nuestro estilo, tomar aspectos de mis compañeras, la idea al inicio era que cada una cantara sus temas, decidimos que las tres cantaríamos los temas y pondríamos nuestro granito de arena”, señaló.
Un mismo idioma y una forma similar de apreciar y vivir la vida es lo que se reflejó en el disco y las armonías del trío vocal: “Tenemos un lenguaje en común, el amor a la vida y a su valor con alegría a pesar de las cosas malas; hay personas en el mundo que viven con ilusión, esperamos que el disco sea superador”, refrendó la también llamada Sole.
Por su parte, la española Niña Pastori habló de la unión que caracterizó su convivencia al grabar: “El proyecto fue como el amor: uno elige el todo y no sólo las pequeñas partes de un ser humano; convivimos y nos vimos sufrir o reír al interpretar un tema y algo es claro, las personas no van a encontrar lo que no buscan”, indicó.
LAS RAÍCES. María Rosa García García es el nombre real de Niña Pastori, quien nacida en San Fernando, España retrocedió en el tiempo para hablar de su raíz como persona: “Mis raíces son fuertes, lo más importante es el amor, vengo de una familia humilde y unida; viví con mi madre, mi padre y cuatro hermanos varones, soy la única hembra como se dice en España”, rememoró.
“Era la más pequeña y mi madre nunca quería dejarme sola, aún soy un tesoro para ella, mis padres nos dieron lo mejor con mucha sencillez y honradez, estoy orgullosa de ello. Me crié entre flamencos, voces y guitarras, tuve la música desde que estaba en el vientre de mi madre, quien me cantaba; tengo una raíz potente”, aseguró con risas.
La intérprete argentina con raíces italianas, Soledad Pastorutti, ahondó su mente en el exilio de su abuela y en su amor por Argentina: “La situación de Europa mandó a mi abuelita en un barco para Argentina, escapó de la guerra en el peor de los lugares; mi abuelo materno era carpintero, fue un hombre muy inteligente en la vida puesto que no recibió la educación que nosotros tuvimos”, señaló.
“Mi padre fue muy trabajador, constante, lo recuerdo siempre con una sonrisa, para él nunca hubo problemas; yo siempre sacaba discos de su taller, eran de folclor. A pesar de las raíces italianas me siento muy argentina, en la primaria escribía poemas de los soldados de Malvinas que no volvieron y de la bandera, tal vez inculcado por mi padre; amo la tierra”, remarcó.
Ana Lila Downs Sánchez compartió sus vivencias en Tlaxiaco, Oaxaca, donde admitió que tuvo el honor de comenzar a ser “una hija de tres culturas, con un padre izquierdista y respetuoso de su país”, recordó la intérprete de “Cumbia al mole”, tema incluido en el disco y que inicia con la frase: “Cuentan que en Oaxaca se toma mezcal con café”.
“De pequeña tuve confusión con mi identidad pero nunca con la música, esa siempre fue la ranchera, desde que escuchaba “La cama de piedra” (Cuco Sánchez). A veces recuerdo que las personas se burlaban de mí y me decían: ‘Oye niña, esas canciones las cantan los borrachos, por qué las cantas tú, mejor apréndete un bolero’. Finalmente por mis raíces estoy aquí y hago lo que más amo: cantar”, concluyó.
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